viernes, 28 de febrero de 2014

Yo quiero ser madre


Después de más de 8 meses aquí (casi un embarazo), viendo niños por todas partes y a la mayoría de mujeres con niños a la espalda, en el vientre o caminando pequeñitos a su lado... después de esta presión de responder a la preguntas “¿29 años? -Si ¿Y no tienes hijos? -No. ¿Y cómo es eso? -ummm...”

Los Vezo no conciben una vida sin niños: ni ellas ni ellos. Es como una vida vacía. Hace poco, hablando con los animadores de los campamentos en los que trabajo, me dijeron que era imposible comenzar una relación con un hombre vezo y no querer tener hijos. Simplemente, eso no entra en su cabeza. “Lo más bonito de esta vida, es ver crecer a los hijos”. Claro, que añado yo, que los padres, muchas veces no los ven crecer, porque abandonan a la madre cuando este aún es un bebe por irse con otra más joven.

Me encuentro sumergida en un campamento sobre mujeres, que estaba diseñado para madres y niños pero las madres de los niños en lugar de venir, dado que tenían que cuidar del hogar y encargarse de los otros niños, han mandado representantes: sus hermanas, primas, sobrinas... No importa. Se a ciencia cierta que las que han venido, tengan hijos o no, ya se han encargado de unos cuantos bebés: sus hermanos, primos, sobrinos...

Y es que aquí la vida familiar se concibe mucho más comunitaria: si tú no puedes dar de comer a tu hijo, ya lo criará alguien de tu familia que pueda. La pobreza une, y en este país, une a las familias. Esta situación favorece el embarazo precoz de la chicas que, con 17 años, ya tienen su hijo a la espalda. Pero como decía una académica de aquí en una charla sobre mujeres a la que asistí hace poco: “el embarazo precoz en el pueblo Vezo, simplemente no existe. Si la muchacha está de merecer, todo embarazo es bien recibido, nunca es precoz”.

Claro, esto tiene una doble lectura: adolescente embarazada, futuro marcado: a criar de tu hijo, tener más, limpiar la casa y hacer la comida. No existe otra salida. Ayer después de una charla sobre mujeres a 15 mujeres y alrededor de 30 adolescentes, a la pregunta de si la ley malgache(claramente favorecedora a los hombres en cuestión de matrimonio y divorcio, violencia de género y derechos de sucesión) era igualitaria, mejor para las mujeres o mejor para los hombres, hubo una división casi equilibrada hacia las tres posiciones. Las que defendían que era mejor para las mujeres, dijeron cosas como que lo único que tenían que hacer en esta vida era parir y hacer crecer a los niños. ¡Cómo si eso fuera trabajo fácil y no hubiese nada más en el mundo!-me digo yo. Para mí la respuesta es razonable, dado que en el lugar donde viven, otra salida, verdaderamente, no existe. El hombre a pescar y traer dinerito, la mujer a cocinar y a hacer salir de su vientre cuantos hijos pueda. El otro día me encontré con una mujer con 17 churumbeles... ni más, ni menos.

En fin, y vuelvo a mí, mujer de 29 formada en Andafy (Europa), soltera, sin compromiso y sin dinero, y con un feminsmo que sin duda aumenta cada día, porque cuando más veo, más conozco, más leo y más viajo, observo la opresión (cuando no es violencia explícita) que sufren la mayoría de las mujeres en este mundo por parte del otro sexo: el hombre. Ese al que tanto aprecio y que sin su existencia no sería posible la vida de la especie. (no se me ofendan mis amigos hombres y mis amigos y amigas, gays, transexuales, bisexuales u otro tipo de realidad, pero el tema que me ocupa habla hoy de la mujer).

Y pienso en la maternidad y en que desde que puse el pie en este país se despertó el instinto natural que nos lleva a muchas mujeres a querer vivir la experiencia de quedar embarazadas y criar hijos, aunque tenga que sacrificar mucho de mis sueños y mi carrera por ellos. Y pienso en mi situación sentimental y económica, y razonablemente pienso que no puede ser. ¿Pero cómo es posible que una adolescente Vezo sí pueda y yo no? Diferentes visiones, diferente realidad. Un niño europeo no podría sobrevivir en estas condiciones. De hecho, muchos niños malgaches no sobreviven. Y una mujer española, en mis condiciones, no puede tener hijos con la facilidad que lo hacen las mujeres Vezo. De hecho, según ellas, ya ando vieja para tener el primero sin problemas. Aunque no desespero. Ayer también, me encontré a otra mujer de 50 años embarazada aunque era su tercero. Tenía buen aspecto.

Pues lo dicho, que quiero ser madre, pero no como las madres Vezo, ni como las madres españolas. Me quedo con la cría colectiva de aquí, y las libertades para seguir con tu vida profesional de allí. ¿Será posible? En los tiempos que corren no, al menos, no sin antes ponerle mucho esfuerzo de mi parte y apoyo por parte
de los que tengo alrededor.

Dedicado a mi abuela, de la que siempre me acuerdo en este mes de marzo, madre de 9 hijos, aunque perdió dos, y crió a los otros 7 y a sus 20 nietos con un esfuerzo y dedicación admirable. Nunca dejaré de echarte de menos....

También se lo dedico a todas esas mujeres a las que admiro con locura, por esa forma “de saber crear hogar” que yo no se si aprenderé algún día: como mi madre, mis tías, mi hermana, Maribel, (mi mami de Badajoz) y la María “la andaluza”, esa abuela adoptiva que nunca pierde el humor. Y tantas otras más...