Cuando llegué a Madagascar y me
dijeron que no iba a tener un trabajo, que iba a ser voluntaria,
intenté regresar. Después de mis intentos fallidos de encontrar
trabajo en España, hice una lista de pros y contras sobre lo que su
ponía quedarme. Visto el horizonte vacío que me esperaba en mi país
y habiendo conocido el increíble proyecto para el que iba a trabajar
allí, decidí quedarme, y trabajar duro para que ese proyecto
siguiera funcionando. Hoy abrí la lista de pros y contras y me doy
cuenta que no me confundí mucho sobre los resultados de mi estancia.
He aquí la lista:
Madagascar: un año entero
Pros | Contras |
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Se me olvidó apuntar como pro que hace
calor, cosa que ya ando echando de menos, y también que encontré el
amor, aunque eso no se si es un pro o un contra, porque el mundo está
hecho para que no te enamores de alguien que pertenece a un país
pobre: primero, tuve que esconderme de la gente, para protegerme del
chismorreo de :”él está contigo porque eres su visa y tú estás
con él porque está muy bueno”. Ahora, porque las fronteras
europeas son las encargadas de permitirme o no, seguir con mi
relación adelante.
Me cruzo con la gente y me pregunta que
tal. Respondo “bien” por educación. La mitad del mundo rica debe
de estar idiota al no entender de verdad que el sistema que nos
empuja a comprar teles, móviles, casas y cosas, es el mismo que nos
aleja de la amistad, el amor, la alegría y en general los otros, los
que tienes al lado o los que se mueren de hambre al otro lado del
mundo. Debemos de estar locos si no entendemos que comprar una mierda
en los chinos a precio de mierda, es posible gracias a que hay mucha,
pero mucha gente al otro lado del mundo a la que le están pagando (o
no) una miseria por trabajar duro y sin descanso. Que además, a este
lado, comemos cada vez más basura y dedicamos nuestro tiempo y
nuestro dinero, a aquello que le parece bien al sistema..
Yo me siento paralizada, porque he
venido cansada, porque mi futuro sigue dependiendo de un papel que
emitirá un funcionario, y sobretodo porque cada vez más, me siento
menos dueña de este mismo futuro. La impotencia que me ha hecho
sentir ese mundo tan real, y la rabia que me come cuando me siento
fuera de lugar aquí, en esta mierda de vida de los países
desarrollados, vacía y sin libertad.... Eso si, con miles de
distracciones que te invitan a no pensar demasiado y alguna ley que
otra que te hace no actuar si piensas un poco...Espero espabilarme y
comenzar a actuar en la buena dirección pronto... porque de la
caridad familiar no debería de estar viviendo con 29 años y todo lo
que llevo vivido.
Aquí os dejo algo que no me atreví a
publicar, porque estaba lejos, y no quería hacer sufrir a la gente
que quiero. Pero para todos aquellos conocidos que creen que me paso
la vida de vacaciones, les invito a que se pongan en mi lugar, o en
el de cualquier malgache un poquito: podrán vivir en el paraíso tropical, pero
ese sólo lo disfruta el hombre blanco con dinero:
“Y recuperarse de ver suciedad por
todas partes.
Y ver cada día a un centenar de
niños mugrientos, los mismos platos de comida llenos de polvo y una
vida que pasa sin pena ni gloria: naces pobre, mueres pobre.
Y yo lloro. Porque mi futuro lo veo
cada día más negro y más cuesta abajo. Porque mis problemas son
tan absurdos, que da vergüenza contarlos.
Psicologicamente, esta experiencia
me está minando. Tan pronto me siento increiblemente feliz, viendo
que el mundo está en mis manos, como deseo que me parta un rayo en
diez mil pedazos, y salga de mi ese dolor que a veces me consume y me
ordena llorar sin remedio.
Y la vida pasa, y yo no ando más
lejos, ni mejor, ni en el buen rumbo. He cambiado algunos hábitos,
para mejorar mi salud, pero el ambiente hace que me sienta fatigada,
enferma, cansada, con ojeras... Es dura la vida aquí. Tan lejos, tan
fuera de lugar, tan diferente a todo lo que te rodea. Tan blanca en
un mundo de negros.
Y lo peor, va a ser la vuelta...
Aunque quiera, ya no soy la misma. Me siento perdida a cada paso.
Solo quiero descansar y, tal vez, encontrar de nuevo el rumbo.
Tal vez sea el efecto de las
pastillas contra el paludismo, que me hace soñar feo. Tal vez sea un
poco de todo y mucho de nada. Quien sabe... pero hoy no me siento con
fuerzas de defender la alegría.”