Creo que fue a Sabina al que le escuché decir que la vida hogareña y tranquila hace perder la inspiración y por tanto, la creatividad. Y justo es lo que me pasa desde verano.
En este último trimestre de 2014, mi vida ha cambiado radicalmente y además se ha ralentizado y calmado de lo lindo. El hogar, dulce hogar, está haciendo estragos en mi trasero (que va en aumento) y en mi inspiración para escribir (que se esfuma por momentos).
Como no hay mal que por bien no venga, esta vida pausada me está dando tiempo para dedicarlo a mi tesis doctoral, a estar con la familia y a hacer de traductora a Mario, que ya está aquí, y me hace pasar tan buenas charlas y buenos momentos, cuestionándome a cada rato la cultura en la que he crecido.
Pero el fin de año incita a la escritura, por lo menos para enviar buenos deseos a los seres queridos. Y a mí no se me ocurre nada mejor en estos momentos que un simple deseo de fortaleza para tod@s. En los tiempos, donde los malos se hacen tan evidentes, lo que nos queda es resistir, cuidar de los nuestros y ser felices con lo que tenemos, que me temo que para muchas personas está empezando a ser demasiado poco.
Deseo de todo corazón que el 2015 nos traiga cariño, cooperación, dignidad y amor. Y espero que a algunos les traiga un nuevo cerebro junto con un nuevo corazón, que les haga arrepentirse de los males que han causado, y que olvide la riqueza económica, para centrarse en la riqueza humana y ecológica.
¡Feliz 2015!
En este último trimestre de 2014, mi vida ha cambiado radicalmente y además se ha ralentizado y calmado de lo lindo. El hogar, dulce hogar, está haciendo estragos en mi trasero (que va en aumento) y en mi inspiración para escribir (que se esfuma por momentos).
Como no hay mal que por bien no venga, esta vida pausada me está dando tiempo para dedicarlo a mi tesis doctoral, a estar con la familia y a hacer de traductora a Mario, que ya está aquí, y me hace pasar tan buenas charlas y buenos momentos, cuestionándome a cada rato la cultura en la que he crecido.
Pero el fin de año incita a la escritura, por lo menos para enviar buenos deseos a los seres queridos. Y a mí no se me ocurre nada mejor en estos momentos que un simple deseo de fortaleza para tod@s. En los tiempos, donde los malos se hacen tan evidentes, lo que nos queda es resistir, cuidar de los nuestros y ser felices con lo que tenemos, que me temo que para muchas personas está empezando a ser demasiado poco.
Deseo de todo corazón que el 2015 nos traiga cariño, cooperación, dignidad y amor. Y espero que a algunos les traiga un nuevo cerebro junto con un nuevo corazón, que les haga arrepentirse de los males que han causado, y que olvide la riqueza económica, para centrarse en la riqueza humana y ecológica.
¡Feliz 2015!