lunes, 30 de diciembre de 2013

¡RESISTE!

¡Resiste!

Con la cabeza en el Norte y los pies en el Sur, así es como acabo el año.” Eso escribí el último día de 2012. Entonces era figurado, ahora es real.

Cerrando este 2013 de cambios con un mal sabor de boca, me doy cuenta de que por mucho que me aleje de la realidad española y que las noticias me lleguen a cuentagotas, sigo sintiendo que mi hogar está allí. Y mi hogar se destruye ante los ojos atónitos de una ciudadanía (en la que me incluyo) envuelta en el miedo y la tristeza por haber perdido sin poder remediarlo, trabajo, casa, libertades, derechos, voz...

Muchos optamos por el exilio y probar suerte muy lejos. Otros pocos, los más valientes sin duda y de los que se encuentran algunos amigos, optaron por la lucha. La inmensa mayoría, por el enfado privado y la sumisión pública.

Pero tengo la impresión que cuando uno guarda rencor, odio y miedo en su fuero interno durante mucho tiempo, o le consume la vida poco a poco (como le ha ocurrido a las personas que este año se suicidaron a causa de la crisis) o el día que sale, aparece sin medida y desprendiendo toda su furia.

Espero no equivocarme cuando digo que el 2014 va a ser un año de REVOLUCIÓN. Deseo con todo mi corazón que sea una revolución por la vida, pacífica y de resistencia, contra unas medidas de un sistema autoritario que pretende que las personas no opinen, no participen, no actúen. Deseo también que esta revolución sea liderada por mujeres u hombres con espíritu femenino, que luchen sin armas por el bien de nuestro hogar, poquito a poquito, pero sin pausa. Y si en el camino nos encontramos con los violentos (que muy probablemente pertenecerán al bando de los que mandan), RESISTIR.

CREEMOS PROYECTOS AL MARGEN DE LA LEY QUE NOS LLENEN DE ILUSIÓN, LIBERTAD Y ALEGRÍA, QUE MEJOREN NUESTRAS VIDAS Y LAS VIDAS DE LOS QUE ESTÁN A NUESTRO LADO. Cuando por el camino nos acusen de delincuentes, resistiremos.

AYUDEMOS AL VECINO A CONSERVAR SU CASA SI ESO ES LO QUE NOS PARECE JUSTO. Cuando de frente nos encontremos a los cuerpos de Seguridad del Estado dispuestos a llenarnos de moratones, resistiremos.

MANIFESTÉMONOS CÓMO NOS DE LA GANA Y DÓNDE NOS DE LA GANA. HAGAMOS ESCUCHAR NUESTRA VOZ (que sospecho que es la de la mayoría), DE UNA MANERA PACÍFICA Y RESPETUOSA. Las manifestaciones no son más que la muestra de una opinión colectiva. No son violentas en sí mismas; no son delito, SON UN DERECHO. Si nos vienen a detener, resistiremos.

PARTICIPEMOS en el AMPA del cole de nuestros hijos, hagámonos voluntarios del banco de alimentos, de la PAH, de stop deshaucios, del 15M, de la Asociación de Mujeres de nuestro barrio o creemos nuestro propio grupo de resistencia. Solo creando espacios de participación ciudadana, solo colectivizando los problemas y las soluciones, se puede combatir pacíficamente un sistema autoritario que reprime el sentir colectivo.

Se que desde el exilio es muy fácil decir, porque me siento a salvo de la represión. Pero créanme cuando digo que solo estoy “cogiendo carrerilla”, tomando perspectiva. La lucha va a durar años y hace falta prepararse en cuerpo y mente para RESISTIR. No estoy dispuesta a que la tristeza colectiva y la resignación me consuman cuando vuelva. Si esto pasa, volveré a exiliarme. Pero deseo con todas mis fuerzas tener el coraje, el valor, las garras, la alegría y la sonrisa preparada, para tomar como responsabilidad propia la tarea de devolver la libertad, la ilusión, la esperanza y los derechos arrebatados a mi hogar.

Si por el camino yo o alguno de nosotros que tomamos la vía de la lucha pacífica como bandera, acabamos multados, con nuestros huesos en la cárcel, apaleados, o peor aún, muertos, espero que la gente que nos quiere entienda porqué elegimos ese camino, lo apoye, y resista también.

Fueza para este 2014 que empieza. No nos dejemos distraer y actuemos, porque aunque no se anuncie en ningún sitio, ya estamos en guerra.

Karmela,
la vida es maravillosa

P.D. Si soy multada por este post, es que estamos ganando un poquito la batalla, porque el miedo también está del otro lado.






lunes, 23 de diciembre de 2013

Lucha o resígnate a sobrevivir


LUCHA O RESIGNATE A SOBREVIVIR

La hija de 16 años de uno de los trabajadores de mi ONG ha tenido hace una semana una niña. Parió en el campo, y ha venido en taxi brousse hasta casa de su padre (4mx4m, pero mejor que las casas del campo), para recuperarse. Su padre tiene otros seis hijos, el más pequeño, un bebé de menos de un año. Todos viven en su casa.

Me han pedido que le ponga nombre a la recién nacida. Qué difícil decisión... Ayer dando los regalos a los hijos de los trabajadores, no podía dejar de asombrarme de sus nombres. La pequeña hija de otro trabajador se llama traducido al español “muchas niñas”.

El nombre no parece importar tanto. La vida no parece importar tanto. Hasta que estas pequeñas cabezas no tengan capacidad para cargar un cubo de agua, no son muy válidos para esta sociedad. No se les presta tanta atención como allí, porque la miseria es tal, que apenas les llega el dinero para comer.

Las noticias sobre la nueva ley del aborto de España me llegan en momento oportuno. Vivo en un país donde tener hijos es lo más importante. Una mujer tiene (y guarda con ella) una media de 5 hijos y normalmente no con el mismo padre. Un nacimiento es un acontecimiento alegre en todas partes, pero después viene la tarea difícil. Mantenerlo con vida en un lugar sin sanidad, sin servicios higiénicos, sin muchos alimentos y en una casa minúscula en la que ya viven 7 personas más se hace cuanto menos un reto al que toda mujer malgache debe dedicarse a tiempo completo. Al menos, aquí no hace frío. Si lo consigue, ese niño tendrá el futuro de jugarse la vida cada día pescando o en el bosque para poder comer o si es niña y encima linda, quizá tenga suerte y encuentre a un viejo vasaha pronto que la deje embarazada y con eso tendrá dinero para ella, sus hermanos, sus primos y sus padres.

Yo crecí en un país en el que me creía igual a mi hermano. Un país en el que lo normal era ir al cole de manera gratuita y si te ponías enfermo el médico tenía la obligación de atenderte. Un país que tuvo una pequeña historia de lucha por libertades, también por libertades de la mujer, como el derecho al voto o al divorcio. Mi abuela tuvo 9 hijos y perdió dos bebés, mi madre logró sacar adelante 4 y mi hermana sigue la tarea con mis dos sobrinos.

¿Y a mí qué me queda? Si yo tengo un hijo ahora en España, ¿le podré dar un hogar? ¿Y los libros del cole? ¿Y la comida diaria? Y si se pone enfermo ¿a dónde lo llevo? Seguro lo saco adelante, porque tengo una familia a mi alrededor. No lo sacaré adelante gracias a los servicios sociales de mí país, sino a mi familia. Igual que la niña de 16 años malgache.

Pero no voy a poder darle ni mucho menos mi infancia, tampoco mejor que la mía. Creo que mi futuro se parece más a la vida de mi abuela y el futuro de mis hijos al de la pequeña a la que tengo que poner nombre, que a la vida que yo he tenido conocido hasta ahora en España.

Algunos dirán que exagero. La realidad supera la ficción.

Cuando pensábamos que ya habíamos conquistado el derecho de la mujer a decidir sobre su propio cuerpo, su vida y su futuro...cuando pensábamos que teníamos una educación gratuita para todos...cuando pensábamos que teníamos una sanidad ejemplar...derecho a una vivienda...a un trabajo... “estudia, es el pan de tus hijos”.... “vota, la democracia nos representa a todos”.... “trabaja, y serás una mujer de provecho”...


¡Mierda de España corrupta! Hay culpables, el enemigo es claro. Si no eres de los poderosos te quedan dos salidas: aceptar, resignarse a perder derechos y vivir en la desobediencia y clandestinidad, o LUCHAR.
Aviso a navegantes: la primera opción solo es válida para verdaderos supervivientes, aquellas personas dispuestas a comer arroz diario, aguantar exclavismo capitalista, no necesitar médicos ni medicinas, parir o abortar en su casa, no opinar, no hablar, no decir, no hacer... Todo aquel consciente de sus derechos y libertades, tarde o temprano, se verá obligado a luchar.

Y esta elección te llegará a tí: como le ha llegado a las personas que han perdido su casa...o a muchos maestros, médicos, enfermeros, jueces... Como llegó ayer a muchas, muchas muchísimas mujeres. No hay neutralidad: o con ellos o si ellos. Elige la manera más efectiva de luchar o de excluirte, para tí, los que vengan detrás de tí, y los que están tu lado, porque no volverás a disfrutar de derechos en mucho tiempo.

“Sociedad sumisa” decía un artículo que leí hace poco. Si esto es lo que somos, el futuro de nuestros hijos se va a parecer un poco más al presente de los niños que tengo cada día a mi alrededor.

Desde el exilio,
Karmela.


lunes, 9 de diciembre de 2013

Los otros sentimientos

Y las ganas de llorar me invaden...

No soy capaz de expresar que es lo que me pasa.

Será que no soy tan inmune a ver a cientos de niños mugrientos al lado de mi tren, pidiéndome algo, cualquier cosa, hasta botellas de plástico vacías, y yo sigo centrada en pasar mis vacaciones los más relajada posible, disfrutando del paisaje tropical y de las bananas de todos los tamaños.

Será que el verde, la montaña, las cascadas, los ríos... me recuerdan que no estoy en el Valle, que estoy muy lejos de la gente que me quiere de verdad y me comprende.

Será que me siento inútil al comunicar, y que busco algo, que no se el qué, y que me conformo con todo, aunque sea casi nada.

Será que lucho por una meta ilimitada, y a veces la lucha se hace tan cuesta arriba que no soy capaz de levantar la cabeza, y esto parece un gran hermano en el que hay muy pocas salidas.


Descubre Tana en ambulancia

Escrito por elmundoylakarmela 07-12-2013 en madagascarComentarios (0)

Descubre Tana en... ¡ambulancia!

6/12/2013
Ante todo, no se asusten. Estoy bien.
Resulta que vengo padeciendo infecciones de oído y una creciente sordera prácticamente desde que llegué a este bonito país sin apenas asistencias médicas. Cuando tuve la primera infección, ilusa de mi, llamé al seguro y me dijeron que para que me viera un especialista, había que ir a Antananarivo. Yo refusé la apetitosa oferta de ir a Tana en avión, por parecerme excesivo para una triste infección de oído, comparado con lo que se ve por aquí a diario, además de doloroso (volar con los oídos malos no debe de ser bueno.
Después de probar distintos remedios caseros y varios hospitales cercanos, decido tomarme una semana de descanso (que falta me hace) y ya que estoy, ir a Antananarivo al especialista.
Un paseo por Manakara en tren (muy bonito, la verdad) y a Tana, a llamar al seguro para que me vea el especialista. 1 día en taxi brousse, 1 en tren por la selva, 2 en 4X4 por curvas espectaculares de Manakara a Tana y llego. Llamo; más bien llama mi madre desde España porque aquí no funciona bien. Me llaman y me dicen desde España que no son capaces de contactar con el médico de aquí ese día, pero como yo le expliqué que no era urgente, podrán contactarme mañana. Me preguntan mi dirección: les digo en un mal francés el nombre del hotel (de una cuarta estrella, que no de 4), que se encuentra perdido en mitad de una escalera en las callejuelas del centro y quedamos en que mañana me avisan. Pero resulta que a las 11 de la noche, un gracioso médico bajito y su enfermera guapa, se instalan con un maletín y muchos papeles en mi habitación, dispuestos a hacerme una traqueotomía con un capuchón de boli. Yo les explico que no es urgente, que quiero que el especialista me mire la sordera, pero ellos se empeñan en darme 2 cajas de amoxicilina y paracetamol a espuertas para calmarme un mínimo dolor existente. Antes de eso, no sin antes cometer uno de esos “descuidos de médicos malgaches” que es dejarte el osteotoscopio en el hospital y tener que regrerar a por él, dejando a la enfermera viendo una peli en el cuarto de hotel con el paciente.
A la mañana siguiente, yo ya me había mudado a un hotel un poco más salubre y después de una pequeña confusión, una ambulancia, esta vez con una enfermera un poco más fea que no habla francés, aparece a buscarme a la puerta del hotel. Me monto, con mi sudoku de la mano convencida de que tardaremos 2 horas en llegar al destino y no quepo en mi asombro cuando al minuto de estar en la furgo (para ser ambulancia debería de llevar algo más que una camilla medio rota dentro) comienza a sonar a todo trapo la sirena. Sino te dolía el odío, ahora te va a doler. Y empezamos a hacer el Rally de Tana, tampoco se puede decir que a gran velocidad, porque los coches, por mucha sirena que lleves, no se pueden apartar en esas calles estrechas. Al fin llegamos, entro rápido, firmo factura de ambulancia y radiografía y me dicen que a otro hospital. Con radiografía en mano, y transportando al médico y a la enfermera que hacen la visita domiciliaria, disfruto del paisaje a golpe de sirena que me ofrecen los cristales opacos de mi furgo. Esto, en este país, para este oído, me parece excesivo...
Bajándome de mi problema moral, llego al hospital universitario, en donde la sala de espera son los pasillos, sin sillas y sin luz en donde la gente se sienta en el suelo. Y como cualquier hijo de vecino, me siento en el suelo y espero. Cuando llega el médico (que se disculpa porque viene de una operación de urgencia) soy la primera a la que llaman.
Guapo el médico, joven... aquí la carrera dura 3 años. En su despacho, que parece más la cafetería que una sala de médico, comienzan a reunirse para comer los médicos de prácticas. Hasta dos veces tiene que mandarlos callar para poder seguir la consulta. Después de una entrevista muy profesional, dice que me receta la audiometría y el timpanograma, pero que tengo que ir a otro hospital más lejos porque el que las hace en este, está comiendo y ya no vuelve. Pero él sin embargo, quiere que nos veamos otra vez mañana con los resultados. Después de negociar con la ambulancia, quedamos en que iremos al otro hospital también mañana y que me llamarán. La tarde la paso un poco libre, aunque cansada de tanto atasco y tanta ambulancia.
La mañana siguiente llega, esta vez con un enfermero y mi informe de la mano. Lejos, muy lejos, al ladito de la fortaleza Super Espacial de la embajada de Estados unidos (Chano bevata biby), un hospital como un pueblito me espera para hacerme las pruebas. Confirmado, pierdo oído. Pero como ya es muy tarde, tendré que ir después de comer a darle las pruebas al especialista. Aquí soy rápida y le digo a la ambulancia que me deje en el mercadillo del jueves y que me recoja en el hostal esta tarde. El mercadillo era como el de Badajoz (todo productos chinos) pero con más negros y hablando en otro idioma. Yo, la única blanca, no entendía nada, pero seguro que decían cosas como:”bragas a 1000 Ariary”, “zapatillas del reibuk, nike...”, “lo estamos dando, lo estamos regalando”:
De la siesta, me despierta de nuevo el de la ambulancia, esta vez con una enfermerita joven y tímida, comiendo ambos un flash de esos “echo en casa” que venden aquí, dispuestos a llevarme de nuevo a ver al médico atractivo. Como de costumbre, este no está, espero sentada en el pasillo, y cuando llega...!oh famoso olvido malgache!...se le han olvidado las llaves del despacho. 20 min más tarde, aparece con las llaves del despacho de su compañero, disculpándose mil veces por el error. Yo le perdono, total, ya estoy embaída jugando con la pirámide unida por un imán a un ave que tiene su compi en la mesa (chino casi seguro). Mira los resultados: “en efecto: te estás quedando teniente”. Más pastillicas recetadas, y me llamas dentro de 8 días (porque como tengas que venir desde Tulear...).
Pago las últimas pastillas de mi bolsillo, porque llevamos un rato esperando a que el seguro confirme, y finalmente me dicen que tengo que pagar yo y que luego me lo devuelven. Y la ambulancia, esta vez sin sirena, me deposita a la puerta del hotel por última vez.
Conclusiones:

  • Como te pase algo realmente grave aquí...
  • Si hubiera estado en España, hubiera ido a centro GAES a hacerme la consulta gratuíta. Aquí tengo que pasar por varias etapas antes.
  • Ser vasaha, y pensar que todo esto se moviliza por tí, mientras ves lo que ves en la calle, se siente difícil.
  • ¡Qué rabia! Unos tanto, y otros tan poco...

En Espiral

Escrito por elmundoylakarmela 01-11-2013 en madagascarComentarios (0)
27/10/2013
Me desprendo de tí como algo que tenía que haber hecho hace mucho tiempo y no me atreví. Como en cumplimiento de una promesa, un objetivo de mi viaje. Hoy me he levantado temprano, te he mirado de frente y te he arrojado a la mar. Pasaste la última noche conmigo (hacía tiempo que no la pasábamos juntos) y como un gran presagio, no entraste en mis sueños. Me he despertado sabiendo que hoy iba a ser el último día en el que me sentía tuya. El poder que has ejercido sobre mí durante años solo lo sabemos tú y yo. Me has acompañado en mis viajes desde que empecé a hacerlos en solitario. Me he expuesto a ti innumerables veces, sacando a la luz mi locura y recibiendo casi siempre tu indiferencia y en el peor de los casos tu compasión.
Siempre te dejé una rendija de la ventana abierta, por si algún día querías volver, y acepté tus decisiones, sumisa y amable, con buena cara, aunque éstas se me clavaran como un enorme cuchillo en mi estómago.
Tuviste todas las llaves para abrir todas las puertas y no lo supiste aprovechar. He cambiado las cerraduras, ya no son para tí... ahora las puertas las abro yo, a mi antojo, cuando yo desee, y tú ya no podrás disfrutar de lo que hay en el interior.
Mi instinto alguna vez me dijo que tú podías ser el elegido. Pero tomaste malas decisiones y no tuviste el valor de valorarme. Ya perdiste la oportunidad.
A partir de hoy estarás perdido, varado en algún rincón del canal de Mozambique. No se me ocurre mejor lugar olvidado del mundo, para dejarte a tí también olvidado. Ya no me sacarás una sonrisa, ni una lágrima, ni me pondrás un nudo en la garganta. Esos privilegios ya no son para tí. Porque para mí, ya no vales nada. Nada lejos y no regreses. Mi faro no iluminará tu camino.

A todos ellos, en especial a uno.

Arroz y risas

Escrito por elmundoylakarmela 22-10-2013 en madagascarComentarios (0)
Me despierto y me doy cuenta de que vivo en un pueblo medieval. El “¡agua va!”, los pollos por la calle, la cocina de carbón sobre el suelo, y los niños sucios haciendo sus necesidades en cualquier esquina, me hacen sentir que he retrocedido muchos años.

Observo un poco más: los plásticos se mezclan con la mierda (perdón) de zebú y cabra, el taxi brousse toca la bocina, un teléfono móvil suena y la radio del vecino a todo volumen pasa el último hit gasy.

Todo parece una película ambientada mal hecha.

No entiendo cómo, pero yo me siento feliz en este sitio. El sol brilla todo el tiempo o casi todo el tiempo. La gente sonríe y parece no tener problemas desde la mañana hasta la noche. Y sí, es verdad, hay millones de enfermedades, muchas muertes y comen arroz con pescado todos los días. Y es verdad también que su vida, que depende completamente del bosque y lagon, tiene los días contados si sigue a este ritmo de destrucción. Y hay violaciones, embarazos prematuros, analfabetismo, no hay medicinas y el día a día es duro. Hay tantos problemas que una a veces no sabe por donde empezar.

Pero en mi empeño de observar el lado positivo de la desgracia, me doy cuenta de la alegría que se respira. Mismo de una gran desgracia, los gasys se parten de risa. Es increíble el humor con que se toman la vida, realmente sorprendente. El otro día vi a una pareja discutir y el marido cogió una piedra del suelo para tirársela a la mujer. La mujer echó a correr, y en lugar de una cara de pánico, la risa que le daba casi no le permitía continuar. Afortunadamente, los hombres de alrededor pararon al agresor. Un rato después, comentaban entre risas con la mujer lo cómico del asusto. Y así con casi todo. Me cuentan que en el ciclón, tuvieron que quitar el sonido de las imágenes tan duras del mismo, porque de fondo se oía gente riéndose.

Y cada mañana me cruzo con diez niños que me sonríen y me dicen “bonjour, cadeau”. Llego al trabajo, y me esperan 4 personas a la puerta para contarme problemas, pero después escucho a los niños de la classe vert reír y cantar. Y la vida parece simple y dura. Pero me bajo de mi mundo, y me digo, que verdaderamente yo soy feliz aquí porque no tengo que levantarme a las 4 de la mañana para buscar agua en el pozo, no tengo 5 niños que alimentar, no tengo una casa de suelo de arena, y no tengo que hacer mis necesidades a la vista de todos. Puedo comprar medicinas, y si enfermo, tengo los medios para poder salir de aquí bastante rápido. Si yo fuera ellos (sobretodo ellas), no sonreiría tanto como lo hacen. Pero ellas sonríen.
Cuánto nos queda por aprender de la alegría y la felicidad. Mas bien, cuánto nos queda por desaprender. El mal llamado “desarrollo” nos ha dado muchas cosas materiales, nos deja vivir más tiempo y más cómodos, pero también nos ha puesto más gordos y más tristes. Aquí la vida hay que ganársela día a día, y se hace dura y cuesta arriba. Allí la vida se hace cuesta arriba, pero sentado frente a un televisor que nos hace olvidar que cada día debería de ser un reto a superar, levantándonos con buena disposición cada mañana, dispuestos a comernos el mundo. El mundo es grande y duro, pero si los gasys pueden sobrevivir alegres aquí, no hay razón para que nosotros, los occidentales, nos vengamos abajo.

Tengo muchos amigos en malas situaciones actualmente en España: con un banco que les ahoga, un retorno a la casa de su familia, un embargo... harían bien en mirar con perspectiva y replantearse sus retos. No digo que haya que aceptar este recorte en derechos que ahora mismo estamos sufriendo. Digo que hay que luchar con ganas y alegría. Que no dejemos que el hedor de corrupción y desgracia que se respira alrededor, nos paralice o nos anule. Y no se a vosotros, pero mejor arroz, trabajo duro y risas cada día, que tele, sofá y lamentos.


Inútil

Escrito por elmundoylakarmela 02-09-2013 en GeneralComentarios (0)
Inútil (o el Camino)
 
Cuanto más viajo, más loca me parece que estoy. Viajar te hace cuestionarte tu forma de ser, tu forma de ver el mundo. “El viaje es el camino (o viceversa)” que me ha escrito mi amiga Arantxa. En el camino, tu mundo, tus verdades, tus amigos, tu “gente de confianza”, cambia a cada rato. Y tu aprendes de las otras, y quizá las otras personas, aprenderán algo de tí.

La sensación que Mangily me produce es una sensación contraria.

Por un lado soy la Vasaha, la diferente, la rica... esa que todos los niños saludan al pasar y de pasó, te piden un “cadeau” o“bombón” o “l'argent”, los más atrevidos. Soy la Patrona BelAvenira, soy una Madamme con ducha (que mal funciona), luz eléctrica y habitación de cemento e individual. Tengo dinero para comer en el mejor restaurante de Mangily una vez por semana, y sobretodo, tengo mucho, mucho más dinero que el 90% de todas las personas que hay a mi alrededor. Sé leer, se escribir y he viajado mucho... Tengo el único saxo (que es una cosa extremadamente cara) de mi pueblo. Soy una excepción.

Por otro lado, soy insignificante. Una inútil que no sabe matar una cabra, ni hacer una casa perfecta con cuatro palos y medio. No se llevar 20 litros de agua en la cabeza, mientras porto un bebé a la espalda. No se cocinar, no se navegar... no se reírme tan naturalmente de las desgracias, no se que es tener la paciencia para “attendre á vasaha”. Soy un puntito blanco en el cuadro multicolor que es el mundo, y no tengo claro si mi presencia hace que el cuadro sea más bello.

Sentirme útil. Herencia Scout... ¿cómo me voy a sentir útil si ellos son los reyes de la supervivencia? Mi utilidad consiste en que con mi presencia aquí, la solidaridad de muchas más personas puede despertar, y el dinero puede llegar más fácilmente.

La autosuficiencia, esa cosa tan de moda ahora entre nosotros, los “guays alternativos” de la Europa. Andao! Atuy! (¡Vamos!) a Mangily! Vive un mes como vive un niño de dos años aquí... si sales vivo, podrás decir que eres autosuficiente.

Es tan difícil la empatía aquí... Nunca pierden la sonrisa, pocas veces, la energía... Viven en la luz, en el sol. Pero comen poco o casi nada, andan descalzos y sucios, y sobretodo, lo más grave, es que ven al vasaha como algo superior, algo a lo que aspirar, algo que es mejor....¿qué tendrá el desarrollo (y el dinero), que tanto nos atrae al humano, que nos deja olvidarnos de lo importante, disfrutar del camino, disfrutar de la vida?

El viaje es el camino... que dice Arancha. Y conseguir el objetivo es importante, pero una no se puede olvidar de disfrutar mientras llegas a él. Creo que por el camino que voy no llegaré a verdades muy absolutas, pero la libertad que produce estar abierta al aprendizaje y al cambio constante es tan grata, que se siente un fueguito de felicidad en cada paso, en cada cambio que asimilas.


Confianza

Escrito por elmundoylakarmela 14-08-2013 en GeneralComentarios (1)
Confianza
 
Hay pocas cosas (o al menos, eso creo yo) que defiendo fírmemente en la vida. Hasta ahora, para mí la vida transcurre en un contínuo aprendizaje, un descubrimiento a cada paso que doy, mis principios y mi forma de ser se pone a prueba.
De ese aprendizaje, algunos de ellos cambian ligeramente, otros se convierte en lo contrario, y otros salen reforzados. Es el caso de tres de ellos de los que me gustaría escribir ahora.

El primero, la ALEGRÍA. Sin ella, todo se viene abajo. Ayer, mis compañeros de Mangily me prepararon una fiesta de cumpleaños difícil de olvidar. Tapices de mimbre en el suelo como mesa comunal adornado con un motivo de flores frescas en el centro y velas por todas partes como iluminación. Como invitados, vasahas Bel Avenir de Tulear, algunos compañeros de trabajo malgaches y algún que otro amigo de Mangily. Al fondo, música de Manguenake, el mejor grupo del pueblo, y para comer, un poco de jamón y chorizo directo desde Extremadura (que yo guardé para la ocasión) y pollo (comprados vivos por mí, que es toda una experiencia) con arroz, cocinados por unas mujeres que se merecen desde ya el cielo (si es que existe). Nunca tuve una fiesta así, hecha con tanto amor por gente a la que conozco desde hace muy poco tiempo. Mil gracias por hacer que en mi cumple, aunque esté lejos de casa, me sienta tan querída y con tanta alegría en el cuerpo. Esta experiencia, me refuerza la importancia de la alegría.

La segunda, la BONDAD. Sin duda, pienso que los buenos somos más. Hay circunstancias, culturas, valores... que hacen que tu bondad aumente o disminuya, pero el mundo está plagado de gente buena. Reforzar esta idea aquí es dificil. Cuando todos tus otros valores se trastocan; cuando ya no sabes qué está bien o qué está mal; cuando entras en matices culturales...Cuando sales de la comodidad de tu hogar, y te enfrentas a situaciones que no te gustan, pero que intentas contextualizar y entender. ¿Será bueno esto para mí? Pero en general, mi bondad se refiere a las pequeñas cosas, a no hacer el mal a tu vecino, a que tu día a día, no repercuta negativamente en los demás.

Y esto me lleva a la tercera, la CONFIANZA, hoy puesta a prueba más que nunca. "Cierra tu habitación con llave", "cuidado con quién hablas", "vigila bien tus cosas", "no te creas todo lo que te dice, seguro miente"... Si pienso que la mayoría de la gente es buena, ¿porqué no voy a darles confianza? Esa también es mi vida diaria: una constante lucha entre guardarme del mal posible que me pueda hacer cualquiera, y hacer lo que siempre he hecho, que es regalar la confianza a todos (aunque a algunos amigos le pese). A un voluntario el otro día le atracaron y pegaron sin motivo alguno en Tulear. Afortunadamente, está bien pero... ¿qué te queda después de eso? Desconfianza.
 
Aún así, yo me empeño en pensar que la gente buena, se encuentra cosas buenas, y aunque a veces haya errores, vivir confiando te reporta más satisfacción y atrae más alegría a tu vida que vivir guardándote de todo. Confiar pero con cabeza, sabiendo hasta donde puedes llegar.

La vida, no es vida, si me desprendo de esto, espero no se me olvide.

Por lo demás, todo bien, à Mangily.....




Escrito por elmundoylakarmela 08-08-2013 en GeneralComentarios (1)
29 
29 añazos y en Madagascar. Nunca pensé que llegaría tan lejos. Me levanto a las 6 de la mañana y miles de niños me rodean. Estoy soltera, no tengo hijos y ando lejos de casa, trabajando por la naturaleza y por construir un mundo con más posibilidades para todos. No tengo casa y cada vez salgo más del sistema que me tocó vivir. Vivo en un eterno campamento, al menos por un año. Poseo pocas cosas, cosas que caben en una mochila, pero a mis 29 años, tengo mil recuerdos, mil historias que contar. ¿Se puede ser más rica? Lo dudo.

Soy feliz, porque cada día es una aventura, porque la alegría que respiro es infinita. El secreto: disfrutar de todo, valorar lo bueno que tengo, y dar poca importancia a esas cosas que echo de menos y a las cosas que no me gustan. La familia y los amigos, la gente que me quiere, se que están ahí, que puedo contar con ellos cuando los necesite. No le pido más a la vida, porque ella me lo está dando todo.
Veo amanecer casi cada día, en un bosque de Baobabs. Veo atardecer en el mar. Me siento ciudadana del mundo y el sol me da energía cada día; para estar agusto conmigo, para tomar decisiones que me hacen cuestionarme cada día todo, que me hacen aprender.


29 años y sigo teniedo la sed de aprendizaje de los niños. 29 años y me siento niña. ¡Qué vengan muchos más años así!

La vida es un teatro

Escrito por elmundoylakarmela 31-07-2013 en GeneralComentarios (0)
La vida como un teatro
Una vida en que te parece que todo lo que tienes alrededor, incluso tu misma, es parte de una obra teatral. Y todo pasa sin que tu puedas intervenir más allá del aplauso, el saludo, la risa o el llanto. No comprendo, no intervengo. Miro y escucho, porque cuando haces una inmersión en una cultura tan diferente a la tuya, hay que tomarse un tiempo para entenderlo.

Me siento verdaderamente observada. Pueblo pequeño, que pasa la mayor parte del tiempo en la calle, aparentemente sin nada que hacer, sin nada que les anime a hacer otras cosas, a buscar otro porvenir, a salir de la pobreza. Mangily es pequeño, tiene unos 6000 habitantes, con calles de arena de playa, casas de madera y bunju, de aproximadamente 20 metros cuadrados y terrenos cercados con Sogno, en los que cohabitan animales y personas. No hay luz ni canalización de agua... Andas por la calle y tan pronto te encuentras con una señora meando, como con un zebú, o mismamente esta mañana, una pelea de gallos que se han encontrado en una esquina. A veces, todo me parece incomprensible...A veces, todo es un teatro... pero verdaderamente es realidad.

En Mangily no hay aparentemente mucho, pero hay Vasahas, hay turistas... Hay hoteles y restaurantes cerca de la playa... y también hay muchos malgaches buscando vasahas. Para que les des un “cadeau” los niños más pequeños, para que las mires bailar o te den un masaje, las niñas un poco más mayores. O para que finalmente un Vasaha cualquiera, no importa quién, le invite a pasar la noche con ellas, con suerte quedarse embarazadas, y así por fín poder salir de la pobreza. La familia les anima, porque que te toque un Vasaha es como si te toca la lotería. Cuanto más viejo, mejor, seguro tiene más dinero. Su futuro y el de sus hijos está asegurado. Y yo no aún no soy capaz de hacer un juicio sobre esto. Por un lado el europeo, viejo y sin escrúpulos, que viene a acostarse con niñas. Por otro lado, niñas, que viendo las oportunidades que te presta Mangily, piensan que lo mejor que les puede pasar es precisamente eso.
En Mangily hay pesca, pero se está acabando. En Mangily hay bosque, pero se está destruyendo. En Mangily no hay médico, solo dos coles, de acción humanitaria y a los que por supuesto, no van todos los niños. No hay cultivos, no hay industria... Hay turistas vasahas.

Y con nosotras Vassettes, más o menos los mismo. Todos quieren ligar contigo, todos desean tener un hijo tuyo. No importa si eres guapa, fea, lista o torpe. Eres blanca, eres buena caza.

Y todo el mundo saluda, quizá porque si te conocen, pueden tener la esperanza de salir de una vida aparentemente tranquila, pero realmente bien dura. Físicamente, cualquier mínimo trámite de tu vida doméstica es un trabajo. Ve a por agua al pozo, enciende el fuego para la comida, ve a por leña, construye tu propia casa, mata el pollo que vas a comer hoy y camina.... camina sobre tierra de playa todo el tiempo. Desde las 5 de la mañana hasta que anochezca.

Superhombres y supermujeres que no pierden la sonrisa casi nunca, que muchos saben que están vivos de milagro, porque cada día muren muchas personas por causas que se evitarían seguro con lo que en Europa llamaríamos servicios mínimos de vida (agua potable, comida diaria y variada, retretes...) Pero en Mangily eso no existe, o existe solo para Vasahas, y algún que otro malgache venido a más. Es por eso que no soy capaz de emitir un juicio justo a esta sociedad.

Un país prácticamente sin gobierno, donde el ministro de educación acude a Mangily a inaugurar el año escolar borracho con una camiseta de THB (la cerveza de Mada) anunciando que este año, el presupuesto para educación es 0; un país inmenso, con comunicaciones horribles; un país con enfermedades, animales y plantas que no están siquiera catalogadas. Un país roto, cassé, simba. Otro ejemplo de país hermoso, rico en su ensencia, y pobre en su existencia. Como tantos otros países del sur.

Y Mangily... Hay un Fukuntani, que ni lee ni escribe, como la mayoría de la población, que es elegido de por vida por el pueblo y es algo así como juez y alcalde. El otro día, hubo una reunión debajo del Tamarindo por el robo de dos zebús en el pueblo de al lado, y la pelea de dos jóvenes, con final mortal para uno de ellos. El rey de Ifaty, luciendo en su gorra una hoja de Mariguana, Fukuntani de aquí y el del pueblo de al lado, después de escuchar los distintos argumentos, dieron un veredicto de qué hacer con respecto a los sucesos acaecidos. No me quedé a escucharlo, porque no entendía mucho, y todo aquí es mora mora, pero seguramente el agravio se arregló con dinero. Yo era un teatro para todos, porque ¿qué hace una vasaha en un kaburi? Pero ellos eran para mí otro teatro.


Por eso mi día a día es un teatro.

Café Ronono

Escrito por elmundoylakarmela 15-07-2013 en GeneralComentarios (1)
Café Ronono:
La vida aqui pasa rápido y lento. Sin darme cuenta, ya llevo en Madagascar 15 días y la verdad es que no se me han dado nada mal.
Mi estómago ya se va habituando a la comida, que viene a ser arroz con verduras o pescado o maiz, aunque también he comido pizza y el otro día preparé gazpacho para un montón de españoles. En la mañana, desayuno café con boku-boku, que es algo así como un buñuelo, pero sin nada dentro. La suciedad que hay alrededor de todo por la arena y la falta de una red adecuada de agua, me hace pensar que sufriré más de una diarrea por aquí. De momento, ya me he pasado al agua de pozo potabilizada y no me va mal.

Cada día aprendo cosas nuevas, y eso me mantiene llena de energía. Aún no tuve un día totalmente libre desde que llegué, hay muchas, muchas cosas por hacer cada día, y al ser tan diverso y tan nuevo para mí, el trabajo se me hace emocionante.

La fundación Bel Avenir, tiene muchos proyectos, y en todos se nota que se ha puesto mucho mimo y amor a lo que se hacía. Uno de mis preferidos, aparte del mío, por supuesto, es el Centro de Arte y Música de Tulear. Os invito a que visitéis la página, o busquéis en google la Gospel o el Bloco Malagasy para que veáis un poco qué se hace aquí, sin apenas medios y con grandes problemas estructurales de por medio.

Por contra estoy encantada de ver tantos niños y niñas a todas horas. A veces, me entristece verlos en la calle, algunos con la barriga hinchada de parásitos, pero se desprende de ellos una fuerza y unas ganas por salir adelante, que en el momento, mi cansancio, mis problemas, mis tristezas... se convierten en algo totalmente secundario e irrelevante. Una auténtica demostración de la lucha por la vida. Tienen todos mis respetos aquellos que sobreviven aqui.

Y de nuevo, lo que menos me gusta, la suciedad. Una suciedad menos fabricada, puesto que el plástico llegó aquí hace muy poco tiempo. Pero sí una suciedad sobre todo por el polvo del ambiente. No existe canalización de agua y la mayoría de las casas tienen un habitáculo de 3x4 m en el que duerme toda la familia y cocinan y hacen la vida fuera de él. Baños, mejor ni hablamos, porque son prácticamente inexistentes y el papel higiénico es un lujo. Yo vivo en una casa Vasaha (que es como nos llaman a los blancos aquí) y mi casa es todo un lujo, porque tiene water, ducha (de agua fría, por supuesto) un armario y una cama grande. Os aseguro que cualquier albergue juvenil de España es mas lujoso que mi casa, pero está todo nuevo, sencillito y si aquí viviera con más, me sentiría más culpable aún de la situación en la que viven los Gasy.

Vivir en una de las regiones más pobres del mundo te hace observar muy de cerca la cara y la cruz del mismo. Por un lado, la mayoría: pobre, con arroz y maiz de menú diario, con abundancia de niños y niñas, y que trabajan desde las 4 de la mañana hasta las 9 de la noche. Por otro lado, vasaha e hindús: pocos, ricos, con 4x4 y casas de ladrillo. Yo aquí soy millonaria, aunque eso no te libre de poder caer malo por la picadura de un mosquito, ya que el hospital más cercano está a dos horas por las dunas.
Por lo demás, increible. Esto es un paraíso. Los amaneceres, en el bosque, con los baobas y los atardeceres en la mar, con el coral (eso si me da tiempo, claro). Ayer domingo, fui a hacer snorkel y a ver ballenas en una piragua tradicional de un marinero llamado Joe, que aparte de conocer mucho el mar, es amigo de Diego. El mar me produce sensación de libertad y serenidad. Del trabajo, aparte de solucionar los problemas diarios que conlleva trabajar casi sin luz, sin nada de internet y sin maquinaria de ningún tipo (vamos que estoy de campamento, pero como los de antes), voy aprendiendo ya lo que tengo que hacer. Voy conociendome las plantas y los procesos de producción, elaboración, recolección de semillas, viveros.... Mucho trabajo, pero muy bonito. Además, la fundación desenterró el otro día unos huesos de ballena que compraron en Anacao, en la playa y hoy hemos comenzado a limpiarlos para montar el esqueleto entero para el centro educativo.
Mi parte artística también se está explotando. Como no hay tele, ni tengo radio, ni internet, en las noches, antes de acostarme, toco el saxo. Ya tenemos grupo: Somos los Café Ronono!! Y nuestro nuevo single "Mi sí es tu mí".
Muchas cosas que contar que no caben en este post, pero estoy segura que en siguientes capítulos os enteraréis mas de mi vida. 

Feliz de trabajar aquí, codo a codo con la gente de la que nadie se acuerda, con los nadies, como diría Galeano.

Tonga soa!!

Escrito por elmundoylakarmela 30-06-2013 en GeneralComentarios (4)
Tonga soa!! ¡Bienvenida!
 
Llegué. Después de dos vuelos, una estancia en hotel y 10 horas de taxi brousse, he llegado a Fianaratsoa. La entrada en el país fue altamente kaótica. Los controles de visado parecían opcionales, pero yo esperé parcientemente mi turno. Mi maleta tardó en salir y dos horas horas después estaba en el hotel. No me ducho, miedo que me piquen los mosquitos, y la bonita cama de matrimonio, que tan apetecible parece, es un saco de muelles una vez que la pruebas. No pasa nada, con lo cansada que vengo, duermo del tirón.

Son las 4.30 a.m.¡En pie!. El taxi me espera para llevarme a la estación. No es de día y multitud de personas ya caminan por las carreteras para comenzar la jornada. Me sorprende ver a tanta gente tan activa a esas horas. En la estación, kaos de nuevo. Tres chicos me quieren dirigir y llevar mis maletas, pero me resisto, aunque con el sueño que tengo no me estoy enterando de nada. Saco el billete, vuelvo al taxi a por mis maletas, y siguen allí. Finalmente me llevan hasta el autobús que me corresponde, y me sacan los cuartos. Casi todo el dinero aquí es papel moneda, y aún no me entero de los precios. Con eso y la tostada mañanera que me tengo, seguro que me han timado como una alemana comiendo paella en la costa mediterránea. Ya con mis maletas en el autobús, y habiendo comprado agua y pan para el camino, espero pacientemente 2 horas y media a que el taxi brousse se decida a arrancar. Entre tanto observo la asombrosa habilidad de los malgasy para cargar bacas de furgoneta. Es de película.

El viaje, en furgoneta de 20 plazas, con 24 personas dentro, no se me hace ni corto ni largo. Consigo dormir en varios tramos, aun a pesar de lo incómodo del asiento. Entre los viajeros, hay varios niños pequeños (uno de ellos, no para de vomitar), una mujer embarazada, y bastantes hombres jóvenes. Charlo en francés con un par de pasajeros, pero el idioma me está fallando más de lo que pensaba, y les entiendo solo a medias. El resto del viaje lo paso mirando por la ventana el nuevo mundo que me espera.

En el primer trayecto, en esencia, se parece a la américa latina que conozco, pero con el polvo de Marruecos. La carretera tiene baches, pero está asfaltada, y el señor conductor corre más de lo que debiera. Los mercados son más escasos y menos coloridos, y el paisaje, lleno de huertos y campos de arroz, confirman que aquí la comida no sobra; hasta el último rincón de la cuneta parece sembrado. Los huertos se alternan con montañas de ladrillos manufacturados de arcilla. La imagen de una niña de no más de 10 años portando en su cabeza una fila doble de 7 pisos de ladrillos me hace pensar que este pueblo es físicamente superior. La pobreza machaca los músculos más que el gimnasio. Además, mirar a los pies de la gente me hace recordar donde estoy, la mayoría están descalzos y machacados, los zapatos delatan a los estómagos más llenos.

Más tarde, la selva y las montañas van apereciendo tras mi ventana, y los ríos, más que ríos, son sucesiones de campos de arroz. Durante el trayecto paramos dos o tres veces a comer algo y hacer nuestras necesidades en la cuneta. Las papeleras no parecen existir, y en general todo se tira al suelo.

Ya en Fianaratsoa una hora antes de lo previsto por la prisa del conductor, llego a la casa de voluntarios de la Fundación Bel Avenir. Diego, Tibó y Veronique me reciben con los brazos abiertos y un pastel de plátano hecho por Veronique, mi homóloga en Fianaratsoa. Después de un paseo por el barrio de compras con con Veronique y Diego, mi compañero almeriense de Mangily, preparamos la cena que se acompañará con vino y jamón de Extremadura. Bonita entrada en el país ¡Tonga Soa a Madagascar, Karmela!



Indaba 2013

Escrito por elmundoylakarmela 07-04-2013 en GeneralComentarios (0)
Indaba 2013 (Scouts de Castilla y León, Extremadura y algún que otro Murciano y Riojano)
 
Una, cuando regresa a casa después de una grata experiencia, siente que le ha sabido a poco... que quiere más. Las risas, las conversaciones y los juegos de este fin de semana me han recordado que aún hay VIDA en este planeta. Aún hay personas locas que creen que Construir un Mundo Mejor no solo es posible, sino que está al alcance de tu mano. Lo único que tienes que hacer es ponerte a trabajar en ello y disfrutarlo. Eso es lo que hace el mundo scout.

Este fin de semana, 75 ( ¿pero cuántos somos. Luís? 75 ¿verdad, Isra?) jóvenes de edad y de espíritu, que de manera voluntaria dedican mucho de su tiempo libre en educar a otros jóvenes y niñxs en valores humanos universales, se han dado un respiro y han compartido su trabajo con otros que están en su misma situación. He tenido el honor de disfrutarlo, y encima, ha sido en mi hogar.

Cuando creo que ya nada se puede hacer, que vivimos atontados con la tele, el internet, las drogas, el consumo... aparecen los scouts y me devuelven a la Esencia. A aprender a disfrutar con una conversación, una melé, una canción cantada con toda pasión... Y pienso: “no necesito nada más”. En ese momento la felicidad está presente, lo que pasa normalmente es que no me doy cuenta de lo sencillo que puede llegar a ser. La alegría, la proactividad, la predisposición, la ilusión por hacer cosas que no te reportan nada material... son cosas que un scout te transmite desde el primer momento.

No se si esto es una droga, una secta, una religión o simplemente es que somos raritos en un mundo que funciona a otro ritmo. Las sensaciones de cada campamento, y sobretodo en encuentros como este, me devuelven a la niñez, a sentirme más humana, más igual, más hermana del mundo. Derribar fronteras, conectar de corazón, sincera y sin miedos, siendo más yo.

¿Porqué no encontrar ese “eterno campamento”? Una vida en la que trabajo, diversión y hermandad se dieran de la mano. Un mundo en el que confío en mi alrededor, como pasa en los campamentos, que se que mi hermano scout siempre me echará una mano. Todo un mundo donde el aburrimiento no tiene cabida, porque siempre hay un juego que montar, algo que aprender y tendré compañeros para compartirlo. Donde la espiritualidad la encuentras caminando en una ruta, o en el cielo de una noche estrellada, o con una buena conversación, aunque sea un hermano scout que no habías visto nunca hasta ese momento. Un mundo donde se construyen cosas lindas, y siempre cosas pensadas para compartirlas y disfrutarlas con otros. Un mundo donde se ponga en el centro la vida en el campo, con la tierra, porque de ella tenemos mucho que aprender. Un mundo más digno, menos vendido, más real, más humano, más scout.

Gracias por la visita, por el ¡Prenda, prenda!, por las risas, por el aguante a mis largas conversaciones (debo aprender a hablar menos y escuchar más), por los retos sencillos, como las “palabras del desayuno”, y por los difíciles, que con todos ustedes, hermanos scouts, se hacen muy sencillos. Por el chiste, el juego y el trabajo, que aquí se dan siempre de la mano y se hacen fáciles. Por darme la sed de aprender, y luchar por ser mejor persona cada día. Por hacer que me refleje en vuestras miradas, por darme fuerza para seguir 1000 años más creyendo que “la verdadera felicidad consiste en hacer felices a los demás”.

Mi sonrisa, que para mí es mi tesoro más preciado, siempre estará dispuesta para compartirla con vosotrxs.

Buena Caza y Largas Lunas
Canguro de Salto Constante


Escrito por elmundoylakarmela 22-01-2013 en GeneralComentarios (1)
"Siento que ya no sos aquella arma que podía hacerme daño. 
Ahora te convertiste en el objeto inútil ubicado en la vitrina de mis recuerdos."
Regina Laje
 
 
 
Cerrando heridas, cambiando de actitud...


Ya no pido la paz mundial; hoy reclamo la justicia mundial. La paz que nos venden es la de “arriba los que mandan y los demás calladitos” y yo me temo que estoy “Abajo y a la Izquierda”, como el EZLN. Desgraciada y afortunadamente, cada vez más abajo y más a la izquierda. Por eso aprendo a luchar, aún sabiendo que la derrota en la gran guerra está prácticamente asegurada. Me satisface ganar pequeñas batallas (como la reciente de la Brecha ;), o la que ganaremos (pongo todo mi corazón en ello), Pauli y Jose, Fuerza!!!)

Nací donde nací, y aún no conozco el hambre en primera persona, y agradezco la lucha diaria de los que me precedieron, para que yo sea quien soy, y esté donde estoy. Pero cada vez percibo el mundo con más enemigos, y aunque se que la verdadera lucha está en mi interior, no puedo obviar que los oscuro, lo malo de algunas personas cada vez es más más negro y más evidente.

Por eso cambio de actitud, cambio de visión.

Gano pequeñas batallas demostrando que otra realidad es posible. Gano pequeñas batallas acercándome (por fín, ya era hora) con gusto, satisfacción y ganas a una vida rural y pegada al mundo natural del que nunca la humanidad se debería de haber olvidado. Gano pequeñas batallas des-consumiendo, reutilizando, desprendiéndome de objetos inútiles que jamás podrán llegar a ser ni siquiera sucedáneo de la Felicidad y la Alegría con mayúsculas. Lo se porque he conocido ambas cosas.

Gano pequeñas batallas plantando cara o alejando de mi a personas que me causaron (y me causan) dolor. Cuando una sabe que plantó todo el amor que había en su ser, y este amor no creció, no tiene sentido seguir sembrando en tierra baldía.

Gano autobatallas y autoluchas, cuando trabajo para olvidar sueños perdidos, sueños rotos. Porque lo que soñé ayer, a menudo se aleja de la realidad de hoy. Y quiero seguir soñando... quiero vivir soñando. Cuanto más sueñe, más fácil es que haga realidad el mejor sueño de todos: vivir con Alegría, Amor y Dignidad.

El 2012, al que aún no le dediqué palabras, me ha dado lucha, coraje y realidad de la mala a puñados. Pero también me regaló la admiración y el amor, de familiares, amigas, amigos y ya no tan amigos. Y aunque mi vida se aleje considerablemente de muchos sueños en común fallidos, ahora vivo y lucho otros sueños, que compartiré codo a codo, con quien dignamente quiera. Desde abajo, y a la izquierda, por supuesto.



Cooperación Internacional para el Desarrollo

Escrito por elmundoylakarmela 13-10-2012 en GeneralComentarios (0)
Cooperación Internacional para el Desarrollo

Ya es viernes, 12 de octubre y me quedan pocos días acá. En la mañana voy a Juchitán a hacer unas compras con Lupita y cuando llego, mi contacto de Scouts de Oaxaca me ha llamado al albergue. Decido finalizar hoy este diario de viaje porque ya me quedan pocos días acá y aún tengo que redactar la reformulación del proyecto, mirar presupuesto y ver a Scouts de Oaxaca para coordinar de qué manera pueden colaborar. Mañana llegará el padre y en la reunión de voluntarios de los Sábadxs me despediré de todxs.

Espero que este diario haya servido al menos para remover conciencias. Soy bien consciente del periodo de crisis que Europa vive. Soy bien consciente de lo mal que lo están pasando algunas familias en España. Cuando estoy en España, hago todo lo que puedo para mejorar esas situaciones. Pero esto es una reivindicación para que se siga invirtiendo en Cooperación Internacional para el Desarrollo.

Ellxs, los y las que viajan, no tienen la culpa de nacer en una familia pobre, de crecer en un país corrupto, de no poder acceder a una educación de calidad que les permita adquirir las capacidades para cambiar su país. Ellxs, solo se desplazan en busca de una vida mejor. Como muchos de lxs jóvenes hoy en España, la diferencia es que nosotrxs no nos jugamos la vida, ni nos deportan, ni nos violan, ni nos extorsionan como norma general.

Desearía que esta gente no viajara hacia el “Sueño Americano”. Ójala pudieran estudiar de una manera gratuita y de calidad en su país. Ójala pudieran conseguir un buen trabajo allá. Ójala México invirtiera todo su esfuerzo en acabar con la corrupción y las mafias. Desearía que Estados Unidos dejara de reprimir y deportar a su gran mano de obra que son los latinos, y con ello, dejara que las familias se mantuvieran unidas. Ójala nunca hubiese existido este albergue, porque no existiera esa necesidad. Pero desgraciadamente no es así. Y la comunidad internacional, especialmente los países ricos en dinero, tiene el deber moral de trabajar para que ellxs sí tengan una oportunidad de mejorar sus vidas, bien en su país, bien en otro, y no tengan por ello que morir en el intento.

En este albergue, a pesar de las penas, he visto las sonrisas más limpias de mi vida. No podemos perder la esperanza de cambiar las cosas. Ellxs no la pierden. Es necesario CREER en un mundo mejor para CREAR un mundo mejor para todxs. Es necesario ESFORZARSE para Construir un Mundo Mejor y según el último mensaje de Baden Powell, es necesario “dejar este mundo en mejores condiciones de como lo encontramos”.

Invito a toda la gente que lo está pasando mal en España a que se contagie de la Esperanza que aquí se respira. La lucha sigue y los buenos somos más. Y como dice Galeano: “Mucha gente pequeña, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo”.


(Dedico este diario a ASDE-Scouts de Extremadura, por confiar en mí y en mi trabajo, y a todxs sus asociadxs, especialmente a lxs scouters, que cada semana trabajan para dibujar un mundo repleto de ciudadanxs dispuestxs a comprometerse a Construir un Mundo Mejor).

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Escrito por elmundoylakarmela 13-10-2012 en GeneralComentarios (1)
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Son las 6 de la mañana y llega a albergue Nicole, una amiga de Celeste que pasará con nosotros varios días. Hoy el día promete activo desde primera hora. Además, Fátima llega también hoy. Nos dicen que el tren llegará a la tarde. Vienen más de 800 migrantes y pregunto qué haremos si todos vienen acá. En este albergue no entienden de límite de capacidad. Si no entran, hay muchas colchonetas y dormirán donde sea, y la comida.... pues ya veremos, pero tendrá que haber para todos. Hoy sí haremos pan, que será de plátano porque hay muchos apunto de echarse a perder. Además hoy llega también la fruta y la verdura. Es la que sobra de uno de los mercados cercanos, y llega en muy malas condiciones. Hay que seleccionarla y sanearla. La primera vez que lo vi me dio un poco de... En fin, que hay que pelearse con las moscas para sacar provecho. Afortunadamente, después de seleccionada y saneada tiene buena pinta. Nos confirman que el tren llegará a las 5. Todos a prepararse que comienzan las prisas. Algunos de los voluntarios se van a la estación y otros nos quedamos acá, porque muchos se bajan directamente sin que el tren pare y hay que estar. Me preguntan si quiero revisar (cachear) yo a las mujeres. Puedo hacerlo, pero lo cierto es que no quiero. No me gusta que me lo hagan a mi, por tanto, yo no lo hago. Entiendo los motivos por lo que tiene que ser así: hay que revisar si llevan algún tipo de arma o traen teléfono móvil (no se permite su uso dentro del albergue por cuestiones de seguridad). Finalmente lo hará Celeste y yo me dedicaré a hacer fotos para el registro. Ya viene el tren. Desde que suena la sirena me dan escalofríos. Me cuesta mucho, muchísimo entender porqué emprenden el viaje, y siento que a muchas de éstas personas les pasarán cosas muy feas a lo largo de México. Su calvario no acaba más de comenzar.

Por eso, aunque lo único de lo que tengo ganas ahora es de irme y echarme a llorar o gritar, en definitiva, sacar la rabia que tengo dentro, paso toda la tarde con la mejor de mis sonrisas, dando la bienvenida a los que llegan y sacándoles foto para el registro. 123 migrantes. Esos registramos hoy. Casi 3 horas sin parar y muchas historias que te revuelven las entrañas.

Un niño de 17 años, hondureño. Viaja solo, huyendo de sus padres porque se peleaban y le pegaban. Él no tiene a nadie y viene hasta México a buscarse la vida. Pregunto a Fátima si se le puede desviar a servicios sociales. Dice que eso nunca funciona. Seguirá su camino solo. Ni siquiera tiene un número de teléfono al que llamar para decir que está bien. Tiene una cara tan inocente...

Dos hermanos menores con apellido impronunciable, también hondureños. Uno de ellos es sordo y no se comunica tampoco en lengua de signos. Ellos sí van a Estados Unidos.

Llegan también varias mujeres. Una de ellas con un bebé de no más de 2 años y embarazada de 5 meses. Todas ellas tienen cara de estar exhaustas. La mamá apenas tiene fuerza para llevar en brazos a su bebé. No trajo pañales y encontramos un pañal de adulto en el almacén que “tuneamos” con celo y convertimos en dos de niño. Mañana Médicos Sin Fronteras los vera.

Un señor, con las manos totalmente hinchadas por picaduras de avispa. Otro señor, viejito, con los pies hechos polvo de la caminata hasta Arriaga. Otro hombre, con una brecha enorme en la cara. A éste lo llevan al hospital. Sus propios compañeros le atacaron para robarle.

Mientras registro pienso en Honduras. Casi todos los que llegan son de allá. Casi todos varones. El país debe de estarse feminizando porque realmente son muchos los que vienen. Familias enteras rotas por el sueño americano. Y este sueño, miles de veces se convierte en pesadilla, o en un sueño repetitivo de deportaciones y viajes peligrosos.

Agricultores, albañiles, peones...algunos de los migrantes no saben ni su fecha de nacimiento. Algunos, solo tienen un apellido. El que tiene suerte, tiene a alguien en Estados Unidos, pero de esos llegan pocos al albergue; bajan antes y se van con los coyotes, que a cambio de dinero, les indican el camino; eso, en el mejor de los casos, porque en otros, están en contacto con las mafias y los policias corruptos para robarles, secuestrarles o extorsionarles.

Para más suerte a las 19.30 aproximadamente se pone a diluviar. Cada uno se refugia donde puede. Esto hace que haya más migrantes que vengan, porque no pueden dormir en la calle. Sacamos colchonetas en la noche y se acomodaron entre el comedor, la capilla y los porches. Espero que descansen.

Hoy he decidido salir a correr con Fátima, creo que lo necesito. Ya dos personas me preguntaron que si estaba triste y no paro de darle vueltas a la cabeza. Desafortunadamente, todo está embarrado y es imposible salir a correr. Me meto en la cama, pensando que mañana será otro día. Sueño mucho: con mi familia, con mi abuela, con mis amigos, sueño que estoy en un lugar alto y tengo miedo de caerme.

La mañana siguiente me despierto a las 6. La mitad de los migrantes de anoche se han ido; estaba dilubiando cuando salió el tren para Medias Aguas. Espero estén bien.