lunes, 9 de diciembre de 2013

Escrito por elmundoylakarmela 12-04-2010 en GeneralComentarios (1)
Hoy es un buen día para morir
 
Hoy es un buen día para morir, y he muerto. Hoy he asistido al temazcal, a nacer de nuevo del vientre de la Madre Tierra. Lo necesitaba. Mi espíritu inconformista ya quería encontrar su rumbo. Y aunque creo que no toda mi energía ha estado puesta en el temascal, por mi dolor de espalda y porque empecé distraída, prendiendo mal la lumbre y en el Inframundo, punto cardinal que no quería pues yo quería el sol, finalmente el hombre medicina me colocó en el mejor lugar, frente a la puerta.
 
No puedo relatar lo que he sentido porque he de ordenarlo en mi cabeza, y en mi corazón. Sólo quiero transmitir un poco lo que siento desde que estoy aquí y ahora, después del temascal, más.
 
No entiendo cómo allí nos hemos podido olvidar tanto de la función espiritual de la naturaleza. En nuestro mundo occidental, si tenemos algún problema con el trabajo, la familia... acudimos al psicólogo o al cine a que nos distraiga, o a un bar, a emborracharnos. Cuando sería mucho más reconciliador acudir al bosque simplemente a estar contigo mismo, a pensar y hacer renacer el conocimiento que ya llevas dentro. Algunos pensarán que esa visión también puede hacerse desde la ciudad. Pero si de algo estoy segura, es que desde allí no puedes conectarte con la paz del medio natural.
 
La naturaleza te deja que oigas tu respiración, que sientas el viento, que escuches el crujir de los árboles y el murmullo de los animales. Que te sientas una estrella del cielo, o un poquito más cerca de la Luna. Y sobretodo, estando allí te acuerdas que formas parte de ella, de la Tierra.
 
Y a nosotros se nos olvidó. Pusimos cemento encima y levantamos edificios altos que nos alejaron de lo que nos da de comer, de lo que nos da de beber, de lo que al fin y al cabo, nos permite vivir.
 
Y aquí en México, se acuerdan, no todos, pero si muchos, de agradecer a la Madre Tierra todo lo que nos da. Algunos, le piden permiso para edificar o para hacer un camino. Alguién me contó el lunes que vió cómo una señora de Chiapas lloraba, cuando una patrulla del Ejército Méxicano, del que él formaba parte, tumbaba uno de los 3 árboles que la comunidad indígena les había permitido cortar, para hacer un camino de su poblado a un pueblo más grande y estar mejor comunicados.
Pero sin embargo poco mexicanos se acuerdan de cuidar la Tierra materialmente. De no tirar o generar basuras, de no contaminar sus aguas, y de no destrozar el aire que respiran. Y eso parece que nuestro mundo occidental si lo tiene un poco presente, al menos en Europa.
 
Si los dos mundos llegaramos a entendernos, creo que el equilibrio sería más armónico. La Tierra dejaría de producir el ruido que ya está haciendo, y que no tiene otro fin que el de avisar al ser humano el mal que está causando; y el ser humano viviría más feliz, más sano, con menos enfermedades producidas por su propia especie, como el stress, y, en definitiva, todos fluiríamos en la misma dirección.
 
Me quedo con una frase de los rezos del temascal: AMAR A TODO LO QUE SE MUEVE Y A TODO LO QUE TIENE VIDA.
 

Y también me siento con ganas de darle gracias a mis padres, pues gracias a ellos, nací, estoy aquí, y puedo disfrutar de la vida y la naturaleza, que es maravillosa y está repleta de lugares donde reencontrarte a tí mismo siendo parte de ella.

No hay comentarios:

Publicar un comentario