lunes, 9 de diciembre de 2013

Escrito por elmundoylakarmela 04-02-2010 en GeneralComentarios (4)
Días de Lluvia
 
No me gusta que llueva... me entristece, me aburre, me esclaviza... porque no tengo ganas de salir, no me divierte leer, y me hace sentir más solita. Supongo que esto sería distinto si estuviera en algún lugar calentito, cómodo y con alguien a quien quisiera. La lluvia pasaría de simbolizar la tristeza a simbolizar la ternura... Con el sol, la vida en solitario es más fácil.

Al margen de eso, mi estancia en México hasta ahora me está descubriendo PERSONAS. Quizá sea el uso del idioma, pero las palabras aquí tienen más significado para la mente y para el corazón. Y eso hace que mi mente no descanse ni un momento. Me cuestino cada paso que doy, cada cosa que hago, cada palabra que digo.

El fin de semana, lo pasé en México, con Jorge, un chico muy simpático español que trabaja en la embajada. Me acogió con verdadera amabilidad. Sin conocerme de nada (su madre trabaja con mi hermana en el hotel), me aceptó en su casa, me presentó a sus amigos y me paseó por la ciudad. Casi desde antes de conocernos sabíamos que veniamos del mismo mundo, pero pertenecíamos a mundos distintos. Y cuando nos conocimos, lo corroboramos. Jorge y sus amigos viven en otro México distinto al que yo he venido a conocer. Y me sorprende, casi hasta me doy asco, cuando cuestiono algunas de las cosas que ellos hacen aquí, como pasar la tarde jugando a videojuegos, o estar todo el tiempo de curro en el Facebook. Me parece que solo por el hecho de estar en México deberían de trabajar para hacer el mundo mejor. ¿Pero que me pasa? ¿Estoy tonta? Gran parte de mi vida me he rodeado de amigos que emplean casi todo su tiempo en cuidar una granja virtual, o jugar al WOW y demás entretenimientos. Y a Jorge y sus amigos, mi incosciente los juzga, solo por el hecho de hacer lo mismo que mis amigos, pero a este lado del charco.

Me siento fatal por esto. Quizá no ha sido un gran momento para conocerlos...porque mi mente y mi vida se afanan ahora mismo en actuar por crear un mundo más humano, menos virtual y más espiritual. Y ellos, ahora mismo, representaban casi todo lo contrario. Exceptuando lo humano, que aún siendo yo un punto raro en sus vidas, me acogieron tremendamente bien. No se como agradecer ese esfuerzo que estoy convencida que hicieron para hacerme sentir cómoda, aunque mi subconsciente no me lo permitiera.

Bueno, hablando de México D.F., ¿qué os digo? Es una ciudad tremendamente enorme, que afortunadamente he conocido vacía porque era puente, y la gente huye de la ciudad. Aún así se oye ruido a todas horas (como en Toluca). Y es ruido de coches, tráfico... Este horroroso tráfico que me parece que es México. Mañana voy a la comunidad indígena de Otomíes que hay cerca de aquí y con la que trabaja la Fundación. Espero encontrar allí algo de silencio, algo de paz... (o pas, como dicen aquí).

Al margen de esto, las personas mexicanas que estoy conociendo, casi todas de la fundación hasta ahora, si me transmiten paz. Me hacen pensar, y me inquietan la mente, pero me transmiten la paz de lo humano. Es posible, como he dicho al principio, que sea el lenguaje, pero lo cierto es que me hacen sentir bien.

Ah, y la última novedad. Le acabo de hacer la guerra a la tele. Desde que estoy aquí no la he visto, y tengo una enfrente de mi cama, pero no la pienso encender. No quiero. Te acabo de hacer la guerra, señora caja tonta.

Un beso a todos, y recuerden que la vida es maravillosa.
karmela


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