lunes, 9 de diciembre de 2013

Escrito por elmundoylakarmela 07-06-2011 en GeneralComentarios (1)
Si se pudo... y si se puede!!!
 
6/6/2011
En el Bolivarcito, bar emblemático del centro de Lima, tomando un Pisco Sour, símbolo nacional
 
Hoy es un buen día para el Perú. Ayer, tras una campaña electoral en la que se pretendía más tirar al contrario que ganar por méritos propios, Ollanta Humala ganó las elecciones con un 50.7% de los votos.
 
En mi estancia en Perú, he podido vivir todo el proceso electoral, y para mí ha sido algo emocionante. La sensación que había es que el país se jugaba en estas elecciones su futuro. Después de primera vuelta, quedaron para segunda dos opciones inesperadas (e indeseadas) para la mayoría de los peruanos: Keiko Fujimori, hija del dictador Alberto Fujimori, que representa un retroceso de la democracia, de los derechos humanos, y un retorno a la corrupción y la política de los favores; y del otro lado, Ollanta Humala, militar y con ideas de izquierdas, al que los peruanos temen por acercarse demasiado al régimen chavista y haber orquestado un golpe de estado años atrás en contra del régimen fujimorista.
 
Después de esta primera vuelta, los discursos de uno y del otro se debían aflojar. Eran dos posiciones demasiado opuestas como para dividir el Perú en dos. Los votantes de Humala aseguraban que si ganaba Keiko, era necesaria una revolución violenta para no permitir de nuevo la barbarie que Alberto Fujimori había cometido años atrás. Los votantes indecisos (porque no puede decirse que fueran púramente votantes de Keiko), sobretodo los de clase media-alta, tenían miedo a los cambios que intuían que Humala iba a realizar, como reformar la constitución, o poner más impuestos a la inversión extranjera.
 
Hoy, muchos de estos que finalmente votaron por Keiko, dicen que se van a tener que ir del país, porque no habrá trabajo para ellos. Los votantes de Humala, muchos pertenecientes a ONGs o grupos pro-derechos humanos, celebran, con alivio, la victoria de este, dado que la otra opción iba a suponer seguro un recorte de derechos y libertades. Y los fieles de verdad a Keiko, aún otorgan, y esperemos que así sea y respeten la voluntad de la mayoría (muy reducida, eso si) del pueblo.
 
Pero lo que más me alegra de todo, es que finalmente, el mundo que no controlamos los ciudadanos de a pie, no se ha hecho presente en esta votación. En un país en el que ha habido tanta corrupción y manipulación mediática como es este, finalmente ha ganado lo más golpeado por los medios, el partido que tenía menos poder de influencia. Y esto ha sido por desgaste. Un ejemplo sirva para ilustrar. Mario Vargas Llosa, novel peruano de todos conocido, que escribía para el periódico El Comercio, en primera vuelta, para nada se hubiera posicionado a favor de Ollanta Humala. Pero en la segunda vuelta, se ha visto obligado a defender la propuesta de Humala por dos motivos: su profunda aversión al fujimorismo y el segundo, para mí más importante, el posicionamiento tan evidente del periódico donde escribía a favor de Keiko Fujimori. Y así, Vargas Llosa pasa de tener una columna en el Comercio, a tenerla en la República, la competencia más directa, y uno de los únicos periódicos, junto a la Primera, que no le bailaban el agua a Keiko y su manipulación. Aunque desgraciadamente, tampoco se puede decir que fueran imparciales.
 
Y eso es lo que creo que han hecho la mayoría de los peruanos. No es que estén del todo de acuerdo con su nuevo presidente, pero están tan hartos de la manipulación y tenían tan clara la corrupción que iba a regresar si Keiko llegaba al poder, que marcaron la O de Ollanta. Y es que si Keiko antes de salir ya manipulaba la mayoría de los medios (no solo radio, televisión o prensa, sino también empresas de encuestas electorales o opiniones de personajes influyentes), qué iba a pasar con el Perú cuando ella gobernase.
 
Afortunadamente, el temor se desvaneció ayer... afortunadamente, muchos electores prefirieron probar algo nuevo a quedarse con lo malo conocido. Y afortunadamente, la corrupción y la manipulación no funcionaron, y el resultado, al menos para mí, me ha dado la confianza para pensar que no todo está perdido. Aún los ciudadanos podemos decidir quién nos gobierna. Aún esa gran mano que mueve los hilos del mundo, no llega a todos los rincones. Y aún podemos creernos más fuertes para apostar por un mundo para todos.
 
Unamos este resultado al movimiento 15M, que tanto está emocionando a los españoles, que como yo, lo vemos desde lejos. Es posible creer en un mundo más justo, mejor para todos, y en el que cada uno de nosotros pueda actuar libremente. No se si el Gran Cambio en el mundo, como predecían los Maya, llegará en 2012, pero mi sensación es que este cambio ya ha comenzado. Y siento que tengo que estar atenta a lo que pasa a mi alrededor, para que ese cambio reporte más felicidad al conjunto de la humanidad en armonía con este mundo tan bello en el que vivimos. Porque los cambios, siempre nos llevan a nuevas aventuras, y éstas arribarán en buen puerto, si somos capaces de dirigirlas con ilusión, trabajo y buenas intenciones.
 
Felicidades al Perú por el cambio. Felicidades por su nuevo gobierno. Y ahora, a estar bien atentos, para que no se convierta en “la misma mierda de siempre”, como nos suelen tener acostumbrados los políticos.


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