Si
se pudo... y si se puede!!!
6/6/2011
En
el Bolivarcito, bar emblemático del centro de Lima, tomando un Pisco
Sour, símbolo nacional
Hoy
es un buen día para el Perú. Ayer, tras una campaña electoral en
la que se pretendía más tirar al contrario que ganar por méritos
propios, Ollanta Humala ganó las elecciones con un 50.7% de los
votos.
En
mi estancia en Perú, he podido vivir todo el proceso electoral, y
para mí ha sido algo emocionante. La sensación que había es que el
país se jugaba en estas elecciones su futuro. Después de primera
vuelta, quedaron para segunda dos opciones inesperadas (e indeseadas)
para la mayoría de los peruanos: Keiko Fujimori, hija del dictador
Alberto Fujimori, que representa un retroceso de la democracia, de
los derechos humanos, y un retorno a la corrupción y la política de
los favores; y del otro lado, Ollanta Humala, militar y con ideas de
izquierdas, al que los peruanos temen por acercarse demasiado al
régimen chavista y haber orquestado un golpe de estado años atrás
en contra del régimen fujimorista.
Después
de esta primera vuelta, los discursos de uno y del otro se debían
aflojar. Eran dos posiciones demasiado opuestas como para dividir el
Perú en dos. Los votantes de Humala aseguraban que si ganaba Keiko,
era necesaria una revolución violenta para no permitir de nuevo la
barbarie que Alberto Fujimori había cometido años atrás. Los
votantes indecisos (porque no puede decirse que fueran púramente
votantes de Keiko), sobretodo los de clase media-alta, tenían miedo
a los cambios que intuían que Humala iba a realizar, como reformar
la constitución, o poner más impuestos a la inversión extranjera.
Hoy,
muchos de estos que finalmente votaron por Keiko, dicen que se van a
tener que ir del país, porque no habrá trabajo para ellos. Los
votantes de Humala, muchos pertenecientes a ONGs o grupos
pro-derechos humanos, celebran, con alivio, la victoria de este, dado
que la otra opción iba a suponer seguro un recorte de derechos y
libertades. Y los fieles de verdad a Keiko, aún otorgan, y esperemos
que así sea y respeten la voluntad de la mayoría (muy reducida, eso
si) del pueblo.
Pero
lo que más me alegra de todo, es que finalmente, el mundo que no
controlamos los ciudadanos de a pie, no se ha hecho presente en esta
votación. En un país en el que ha habido tanta corrupción y
manipulación mediática como es este, finalmente ha ganado lo más
golpeado por los medios, el partido que tenía menos poder de
influencia. Y esto ha sido por desgaste. Un ejemplo sirva para
ilustrar. Mario Vargas Llosa, novel peruano de todos conocido, que
escribía para el periódico El Comercio, en primera vuelta, para
nada se hubiera posicionado a favor de Ollanta Humala. Pero en la
segunda vuelta, se ha visto obligado a defender la propuesta de
Humala por dos motivos: su profunda aversión al fujimorismo y el
segundo, para mí más importante, el posicionamiento tan evidente
del periódico donde escribía a favor de Keiko Fujimori. Y así,
Vargas Llosa pasa de tener una columna en el Comercio, a tenerla en
la República, la competencia más directa, y uno de los únicos
periódicos, junto a la Primera, que no le bailaban el agua a Keiko y
su manipulación. Aunque desgraciadamente, tampoco se puede decir que
fueran imparciales.
Y
eso es lo que creo que han hecho la mayoría de los peruanos. No es
que estén del todo de acuerdo con su nuevo presidente, pero están
tan hartos de la manipulación y tenían tan clara la corrupción que
iba a regresar si Keiko llegaba al poder, que marcaron la O de
Ollanta. Y es que si Keiko antes de salir ya manipulaba la mayoría
de los medios (no solo radio, televisión o prensa, sino también
empresas de encuestas electorales o opiniones de personajes
influyentes), qué iba a pasar con el Perú cuando ella gobernase.
Afortunadamente,
el temor se desvaneció ayer... afortunadamente, muchos electores
prefirieron probar algo nuevo a quedarse con lo malo conocido. Y
afortunadamente, la corrupción y la manipulación no funcionaron, y
el resultado, al menos para mí, me ha dado la confianza para pensar
que no todo está perdido. Aún los ciudadanos podemos decidir quién
nos gobierna. Aún esa gran mano que mueve los hilos del mundo, no
llega a todos los rincones. Y aún podemos creernos más fuertes para
apostar por un mundo para todos.
Unamos
este resultado al movimiento 15M, que tanto está emocionando a los
españoles, que como yo, lo vemos desde lejos. Es posible creer en un
mundo más justo, mejor para todos, y en el que cada uno de nosotros
pueda actuar libremente. No se si el Gran Cambio en el mundo, como
predecían los Maya, llegará en 2012, pero mi sensación es que este
cambio ya ha comenzado. Y siento que tengo que estar atenta a lo que
pasa a mi alrededor, para que ese cambio reporte más felicidad al
conjunto de la humanidad en armonía con este mundo tan bello en el
que vivimos. Porque los cambios, siempre nos llevan a nuevas
aventuras, y éstas arribarán en buen puerto, si somos capaces de
dirigirlas con ilusión, trabajo y buenas intenciones.
Felicidades
al Perú por el cambio. Felicidades por su nuevo gobierno. Y ahora, a
estar bien atentos, para que no se convierta en “la misma mierda de
siempre”, como nos suelen tener acostumbrados los políticos.
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