Confianza
Confianza
Hay pocas cosas (o al menos, eso creo yo) que defiendo fírmemente en
la vida. Hasta ahora, para mí la vida transcurre en un contínuo
aprendizaje, un descubrimiento a cada paso que doy, mis principios y
mi forma de ser se pone a prueba.
De ese aprendizaje, algunos de ellos cambian ligeramente, otros se
convierte en lo contrario, y otros salen reforzados. Es el caso de
tres de ellos de los que me gustaría escribir ahora.
El primero, la ALEGRÍA. Sin ella, todo se viene abajo. Ayer, mis
compañeros de Mangily me prepararon una fiesta de cumpleaños
difícil de olvidar. Tapices de mimbre en el suelo como mesa comunal
adornado con un motivo de flores frescas en el centro y velas por
todas partes como iluminación. Como invitados, vasahas Bel Avenir de
Tulear, algunos compañeros de trabajo malgaches y algún que otro
amigo de Mangily. Al fondo, música de Manguenake, el mejor grupo del
pueblo, y para comer, un poco de jamón y chorizo directo desde
Extremadura (que yo guardé para la ocasión) y pollo (comprados
vivos por mí, que es toda una experiencia) con arroz, cocinados por
unas mujeres que se merecen desde ya el cielo (si es que existe).
Nunca tuve una fiesta así, hecha con tanto amor por gente a la que
conozco desde hace muy poco tiempo. Mil gracias por hacer que en mi
cumple, aunque esté lejos de casa, me sienta tan querída y con
tanta alegría en el cuerpo. Esta experiencia, me refuerza la
importancia de la alegría.
La segunda, la BONDAD. Sin duda, pienso que los buenos somos más.
Hay circunstancias, culturas, valores... que hacen que tu bondad
aumente o disminuya, pero el mundo está plagado de gente buena.
Reforzar esta idea aquí es dificil. Cuando todos tus otros valores
se trastocan; cuando ya no sabes qué está bien o qué está mal;
cuando entras en matices culturales...Cuando sales de la comodidad de
tu hogar, y te enfrentas a situaciones que no te gustan, pero que
intentas contextualizar y entender. ¿Será bueno esto para mí? Pero
en general, mi bondad se refiere a las pequeñas cosas, a no hacer el
mal a tu vecino, a que tu día a día, no repercuta negativamente en
los demás.
Y esto me lleva a la tercera, la CONFIANZA, hoy puesta a prueba más
que nunca. "Cierra tu habitación con llave", "cuidado
con quién hablas", "vigila bien tus cosas", "no
te creas todo lo que te dice, seguro miente"... Si pienso que la
mayoría de la gente es buena, ¿porqué no voy a darles confianza?
Esa también es mi vida diaria: una constante lucha entre guardarme
del mal posible que me pueda hacer cualquiera, y hacer lo que siempre
he hecho, que es regalar la confianza a todos (aunque a algunos
amigos le pese). A un voluntario el otro día le atracaron y pegaron
sin motivo alguno en Tulear. Afortunadamente, está bien pero... ¿qué
te queda después de eso? Desconfianza.
Aún así, yo me empeño en pensar que la gente buena, se encuentra
cosas buenas, y aunque a veces haya errores, vivir confiando te
reporta más satisfacción y atrae más alegría a tu vida que vivir
guardándote de todo. Confiar pero con cabeza, sabiendo hasta donde
puedes llegar.
La vida, no es vida, si me desprendo de esto, espero no se me olvide.
Por lo demás, todo bien, à Mangily.....
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