El medio ambiente es para ricos
El medio ambiente es para ricos
Ultimamente
ando sumergida en un proyecto de educación ambiental. Se trata
de un Decálogo Sustentable (www.decalogosustentable.org)
y es básicamente una guía de prácticas responsables con el medio
ambiente en tu vida diaria.
Bueno,
pues ando rediseñando el proyecto de promoción, difusión,
actividades... Y eso me da para mucho que pensar. Uno de los
problemas que se vee en el decálogo, es que está pensado para una
clase social media-alta, por el lenguaje, el modo de distribuirlo...
Vamos, que es muy difícil de explicar para personas que viven en el
umbral de la pobreza (con el que se dan golpe en la cabeza,
duodenos).
Pero
es que yo no se hasta que punto esto es un problema. La naturaleza
principalmente la estamos jodiendo (perdón por el
lenguaje) todas estas personas que tenemos suficiente dinero
como para pagarnos un coche y usarlo siempre que queramos; para
comprarnos un móvil (o celular) cuando el nuestro ya no nos gusta;
que tenemos suficiente dinero como para no coser ninguna prenda; como
para comprarnos unas nike made in taiwan; o como para deshechar
residuos electrónicos por donde quiera que vamos o que
podemos viajar en avión de vez en cuando.
Entonces...
¿qué derecho moral tengo como para ir con mi charla (plática) de
educación ambiental a una zona desfavorecida? ¿Qué les voy a
decir? Por ejemplo: "tenéis que reducir vuestro consumo".
Y ellos me preguntarán: ¿Más?!! o ¿y tú qué?
Pero
por otra parte, creo que es necesario que el mensaje ambiental
llegue a todos los rincones del planeta. Porque igual que la coca
cola, el mundo del consumismo y con él, el de la contaminación
también está presente hasta en las comunidades más pobres.
Trabajo
con una comunidad otomí muy pobre, y el otro día, tuvimos la fiesta
de los tamales (maiz metido en su baina relleno de rajas (picante),
pollo, piña...), e hicieron pequeñas hogueras con carbón,
picón de encina que decían que era. Bien, pues lo que estaba
prendido, era verde!!! Yo les pregunté cómo lo hacían y
porqué el picón, al quemarse, en vez de rojo salía verde, y además
no olía a picón quemado, sino que olía a plástico. Ellos me
dijeron que lo hacían al método tradicional, el mismo
de Extremadura, y que la llama era de ese color por el
reflejo de una lona que nos tapaba de la lluvia. Pero... ¿y el
olor? Bien, pues 2 semanas después he ido y he pasado por un sitio
donde hacían picón. Encima del picón ya hecho, había como
diez tarros de un medicamento que no logré descifrar, por
lo que deduje que le echaban esa sustancia para que prendiera antes,
o mejor, o yo que sé para qué, pero que eso era el causante del
color y el olor extraños. Y no solo me preocupa el medio
ambiente, si no también su salud. Cocinan encima de este picón, y
eso que le echaban no huele para nada a algo sano.
Por
eso creo que el mensaje ambiental debe de llegar a todos. Pero a los
pobres por el bien propio, por salud o economía, y a los ricos por
el bien de todos. Lo que digo es que en donde realmente tenemos que
poner el empeño la sociedad es en EXIGIR a aquellos que más
contaminan que contaminen menos. Tenemos que convencer a dueños de
grandes empresas, a políticos de ricas naciones, a banqueros y a
ricos en general que tienen que consumir menos y contaminar menos,
porque su nivel de vida nos daña a todos. Así como el uso de la
sustancia para hacer picón de los otomíes probablemente solo les
dañe a ellos, y un poco a su ambiente natural, la vida que
lleva Botín o Obama nos duele a todos. Sus aviones privados
contaminarán en un viaje más que todas las hogueras que haga
un otomí en su vida con su picón manipulado.
Y
por desgracia, creo que la única manera de convencer será
haciéndoles creer que pueden hacer dinero con esto del
"ambientalismo". Ya está pasando y lo "verde vende".
No digo que esté deacuerdo con esto, pero al menos está ayudando.
Es una lástima que la humanidad solo se mueva por dinero. Si nos
acercaramos más al monte o a la playa, al bosque o a la selva, nos
daríamos cuenta de lo pobres de espíritu que nos hemos vuelto.
Hemos dejado de escuchar los pájaros, para escuchar el tráfico.
Hemos dejado de oler las flores, para oler ambientadores (en el mejor
de los casos), y de respirar aire puro para respirar aire purificado.
Ya no podemos ni beber agua fresca de los manantiales... la Tierra
puede que esté muriendo, pero nosotros hace tiempo que nos hemos
matado, porque ya no vivimos en ella, sino a su costa.
Karmela,
y a pesar de esto, la vida es maravillosa.
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