Para tí, por ser mujer
PARA TÍ, POR SER MUJER
Ayer fue un día extraño… El viernes fui a México DF a visitar a
una amiga, y conocí el México del que hablan en la tele. El México
del machismo y la corrupción. Salí el viernes y me sorprendió ver
a tres parejas peleando, y en una de las discusiones, el hombre le
levantó la mano a la mujer. Nadie dijo nada. Él tampoco llegó a
pegarla. Creo que España también he vivido situaciones así, pero
aquí sentí diferente. La mujer sólo lloraba y trataba de besarlo y
abrazarlo. Eran dos mensajes tan contradictorios… él quería
pegarla, y ella quería besarlo. Eso fue lo que se me hizo raro.
Cuando en España viví situaciones así, la mujer trata de calmarle,
llora o tiene miedo. Pero no le agarra para darle un beso, ¿no?
La otra cosa que me pasó fue que por primera vez, vi la corrupción
de la policía. Salíamos de un bar, y un amigo llevaba menos de la
mitad de su copa en la mano. Aquí también está prohibido beber en
la calle, y la policía nos paró. Yo seguí un poco para adelante,
porque como soy extranjera, es mejor no cruzarse con la policía. Mi
amigo tuvo que pagar para que no se lo llevaran arrestado. Porque no
es una multa, no te toman los datos… Es un soborno, o el arresto
hasta que les pagues. ¡Increíble!
Y es que la sociedad civil tiene miedo. Miedo a los narcos, miedo a
la policía, miedo a los taxistas, miedo de las mujeres a los
hombres, miedo a la noche….miedo, miedo, miedo. El mundo es un
lugar peligroso y por eso tienes que ir siempre con cuidado. Y por
eso, no puedes dejar que te detengan y tienes que pagar la mordida.
La ley no se aplica, porque la corrupción va primero.
Bueno y después de todo esto, llegó el sábado. Y me levanté sin
saber muy bien a dónde iba. Vinieron a despertarnos unas amigas y
nos fuimos al Museo de Bellas Artes, en el centro. Al llegar todo
estaba casi montado. Un montón de siluetas de mujeres y niñas, con
su nombre, edad y procedencia, hechas de papel continuo y tiradas en
el suelo. Eran algunas de las muertas de México por machismo. El
Gobierno no persigue a sus asesinos… los justifica, los oculta o
los respalda, pero no los persigue. Es curioso que no tengan medios
para perseguir esto, y en cuanto empezó la marcha que las pocas
mujeres allí reunidas, unas 20 ó 30 como mucho, hicieron por las
calles principales, aparecieron hasta 7 coches de policía. ¡Vino
una camioneta llena de antidisturbios! Para esto si que tienen
efectivos... Pero no dicen nada. Solo toman fotos, te escoltan,
apuntan en su libreta. ¿para qué? ¿para controlar? No lo
entiendo... Y aquí sentí miedo… yo se que no podía estar allí,
pero sentía que de alguna manera tenía que apoyar esa protesta.
Porque lo que veía de la población civil era indiferencia. Veían
las siluetas y decían: “ah!! Es en Ciudad Juárez” y se acababa
el problema. Lo que es cotidiano, no es problema. Pero ocurre en todo
México. Yo diría que en muchas partes del mundo. Y es un grave
problema.
Los que me conocéis sabéis que no defiendo la causa feminista, que
creo en la igualdad y punto. Pero de repente el fin de semana me hizo
sentirme mujer. Querer a la MUJER porque lo es, porque me
identificaba con ellas. Porque una tenía mis apellidos. Porque son
asesinadas simple y llanamente porque son mujeres. Y eso, no se puede
permitir. Me siento en el deber moral de apoyar a las personas que
trabajan porque esto no suceda. Por eso no me alejé de la
manifestación.
Más tarde volví a Toluca a un festival de erótica, Erotida se
llama, que organizaban unos amigos. Había teatro, títeres,
fotografías, conciertos, charlas y talleres. Entré a un taller con
una sexóloga y uno de los ejercicios consistía en ir con los ojos
cerrados acariciando manos. Curiosa sensación. El mundo lleno de
miedos, y yo acariciando y dejándome acariciar por desconocidos.
Aquí también me sentí mujer.
Por la mañana con miedo y por la tarde con confianza.
Un día extraño lleno de sensaciones contradictorias.
Del fin de semana saco dos cosas:
Un grito de guerra: ¡Mi cuerpo es mío, la ciudad es nuestra!
Un lema de vida: VERDE ESPACIO, VER DESPACIO.
Miremos, veamos verde despacio y descubramos que la vida es
maravillosa, pero que tenemos que trabajar para que el Mundo sea
maravilloso.
Karmela.
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